Desde el colegio Nuestra Señora del Carmen y Nuestra Señora del Loreto pretenden homenajear a Arantxa Pérez Almendrote
Allá por el año 1998, casi rozando la primavera, llegó a la vida Arantxa Pérez Almendrote un 18 de marzo en Antequera. La ciudad malagueña la vió nacer, y también crecer, siendo testigo de toda su trayectoria tanto personal como profesional.
Entre las aulas del colegio Nuestra Señora del Carmen pasó su infancia, donde fue formándose como persona. Fueron años de gran dedicación y esfuerzo, cuya recompensa llegaría años más tarde.


De la mano de un amigo suyo, se inició en el mundo del deporte, en concreto del arbitraje. “Me gustaba mucho el fútbol y tenía un amigo que era árbitro; me animó a probarlo y me enganchó”. Desde ese momento, su vida ha estado dedicada por y para este oficio. Así, Cáritas Arantxa se ha convertido en en todo lo que es hoy en día: una joven árbitra de primera división.
A pesar de su poca edad, ha conseguido superar todos los límites que la vida, y sobre todo la sociedad, le han impuesto. Con tan solo 20 años, ya arbitraba partidos de Primera División Femenina. También, debutó como linier en la máxima categoría hace cuatro temporadas en un Tenerife-Atlético de Madrid y repitió experiencia posteriormente en un Rayo Vallecano-Barcelona. Habitualmente ejerce como árbitra principal en categorías inferiores masculinas y en la segunda división femenina. Uno de sus mayores méritos es haber hecho un hueco en un mundo mayoritariamente de hombres como es el arbitraje.
Con una mirada puesta en el futuro, Arantxa pretende seguir creciendo. No hay límites para Arantxa, que ambiciona seguir avanzando y alcanzar oficialmente la Primera División: “La ilusión nunca se pierde, yo sé que si sigo trabajando bien, hago buenos partidos, cumplo con las pruebas físicas y los exámenes, lo podré conseguir”.
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